La relevancia de la música como perspectiva dialógica en la historia social del hombre y de la educación espira específicamente en el referente curricular y las connotaciones del mismo con la cultura y la escuela. Visto así, se torna necesario comprender en nuestro estudio a la música como eje del currículum, en donde ella integra todos los elementos y componentes que forman parte del campo fenomenológico de lo educativo, lo heurístico, los saberes, los valores, actitudes, emociones, lenguajes, comunicación, formas de hacer, de entender, de actuar, de comprender el mundo desde lo social, científico, cultural y tecnológico. En consecuencia, que todos esos procesos y demás tipos de desarrollo, los aglutinamos dentro del espacio curricular.
Por ello nos lanzamos a la
búsqueda comprensiva e interpretativa de lo que en el tiempo ha significado un
lenguaje que comunica de manera declarativa la construcción de teorías y contenidos
que emergen como producto de la experiencia. Por eso ni la experiencia ni las
teorías pueden existir al margen.
Los tipos de lenguaje que se
han construido a partir del entronque de la práctica y teoría de la música,
representan aspectos que pueden enjuiciar y restringir los códigos y símbolos
musicales. Este supuesto conlleva tácitamente una crítica, en el sentido de que
históricamente, la música en la educación se ha utilizado en un lenguaje
restringido, sólo dirigido para sujetos que la practican empíricamente y que
muestran interés por ella. Más no ha sido concebida como una actividad para la
comunidad en general. No se le ha relevado su campo de acción integrador, sino
que se ha visto relegada a una visión reduccionista y utilitarista, trasformada
en una disciplina de menor valía.
En consecuencia, buscamos
que la cosmovisión que se genera desde los ambientes musicales, se traduzca en
logros de conocimiento que, en forma pluralista e integradora, nos entreguen
una mejor forma de comprender los procesos culturales que vive nuestro país
actualmente, los cuales han sido históricamente comunes en la gran región
latinoamericana, en donde la música y el arte como construcción cultural, desde
el principio de la humanidad, se erige como disciplina dialógica e integradora
del hombre y sus contextos natural y social.
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